Page 26 - Memoria digital Congreso Internacional en Salud Publica y Desastres 2014
P. 26
Congreso Internacional en Salud Pública y Desastres Universidad Autónoma de Chiapas “se requiere que 1 millón de personas salgan de ella cada semana, durante los próximos 16 años”. Con tanta tecnología y productividad como se presume ¿cómo es posible que se mantengan estas cifras en pleno Siglo XXI? ¿Qué ha estado fallando en la consecución de las metas del milenio? La controversia, en torno a estos problemas, tiene como punto de partida, nuestras propias construcciones mentales sobre dichos asuntos. En consecuencia, para la consolidación de las metas del milenio se requiere, en primer término, de un cambio sustancial en nuestras concepciones, en nuestras formas de construir el mundo; en segundo lugar, demanda poner atención en el desarrollo del ser humano integral, como persona y en ningún sentido o para nadie, considerar a las personas como cosas con las cuales se pueda trafcar o efectuar negocios atentando a su dignidad; y, en tercer lugar, pide elevar el nivel de participación y vinculación de las capacidades humanas en función de las condiciones históricas, sociales, culturales, naturales del espacio territorio o de las localidades. Aunque este conjunto de ideas parecen estar comprendidas en la declaración de Copenhague, otra es la praxis que se observa, juzgada ésta a la luz de los resultados. El pleno empleo es otra meta, que se dijo es el tercer compromiso de la cumbre del milenio. ¿Cómo puede alcanzarse el pleno empleo? Este objetivo no podrá alcanzarse cuando las personas son pobres precisamente porque en el contexto de políticas neoliberales que acompañan al PNUD, lograr el pleno empleo, o sea una tasa cero de desempleo es imposible. Los gobiernos han sido ajustados para que no puedan planifcar el rumbo de las economías, han sido sujetados al caótico vaivén de las denominadas libres fuerzas del mercado, las empresas quiebran, se cierran fuentes de trabajo; no basta estudiar, pues aunque la mano de obra se califque, los egresados de las universidades y posgrados difícilmente logran colocarse y cuando lo hacen muchas veces es en actividades ajenas para las que fueron califcados, efectuando trabajos con precarios salarios; se despoja a los pequeño productores tradicionales de las condiciones que harían factible garantizarles el alimento cotidiano. Las grandes empresas despojan a las comunidades campesinas y continúan deteriorando, de manera irresponsable, el medio ambiente, se siguen contaminando, los ríos, lagunas, mantos friáticos y mares. Los bosques se depredan, la tierra sufre el agotamiento por el empleo de sustancias agroquímicas y contaminantes. Todos estos problemas traen consigo negativos para la salud de las personas. Como bien apuntara el director de Planeación de los Servicios de Salud en el Estado de Nuevo León, México, hace ya algunos años, «hombres y mujeres enferman porque son pobres, se vuelven más pobres porque están enfermos y hay más enfermos porque son más pobres» (1), es la pobreza el principal problema de salud pública en todos los niveles en que se le vea: emocional, mental, físico, económico, médico, político y hasta moral. Los mecanismos hasta ahora utilizados para lograr el desarrollo integral propugnado en los objetivos del milenio no han conseguido romper el círculo vicioso entre pobreza, carencia de salud y subdesarrollo. Para despedazar ese círculo vicioso es fundamental optimizar el uso de los recursos disponibles y uno de sus indicadores es el empleo adecuado del principal agente del desarrollo: la fuerza humana de trabajo; pero si ésta se encuentra subempleada o, en el mejor de los casos, efectuando funciones distintas para las que fue capacitada o, todavía peor, que se halle desempleada, no se podría decir que se está optimizando el uso de dicho recurso; no se podría hablar de efciencia 26 Tuxtla Gutiérrez • Chiapas • México Publicación anual
   21   22   23   24   25   26   27   28   29   30   31